Auto-Bio-Monitoreo; La cuantificación y monitoreo del movimiento

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«Technology tools that are curated for change must be constructed and remain rooted in the terrain of those that aspire for real social transformation»- Philip Thigo

     Hace unos meses atrás, mientras compartía con mi hermana, noté que uno de sus amigos tenía un brazalete de esos que monitorea tu ritmo cardiaco, horas de sueño, pasos, etc.  Tecnófilo al fin, le pregunté, ¿qué tal tu vida con el artefacto? A lo que me respondió que, era una iniciativa del trabajo. Que su compañía los obsequiaba y entre los compañeros de trabajo se monitoreaban mensualmente y al final, la compañía recompensaba al que tuviera los mejores números; una de esas compañías de tecnología  del “top one hundred”. Mi intriga fue inmediata, mientras escuchaba la voz de uno de mis profesores que me retumbaba en la mente sobre su fascinación de este tipo de práctica de auto-bio-monitoreo. Recientemente encontré un artículo de Deborah Lupton(2014) que me ayudó a contextualizar mejor el asunto y poner en claro porqué mis sentimientos encontrados sobre el asunto más allá de los ideas distópicas similares a las de la película Her(2013) o la serie Black Mirror(2011).

La tecnología contemporánea ayuda a almacenar y monitorear la huella digital de la mayoría de movimientos que hacemos y aunque estoy seguro que de una manera inconsciente lo sabemos, aun así lo permitimos. Nuestros teléfonos tienen tecnología para rastrear y ofrecer las coordenadas exactas de nuestra localización en cualquier hora del día, cada vez que pagamos con cualquier forma de plástico u ofrecemos nuestras “tarjetas de puntos”, estamos alimentando una base de datos que almacena, no sólo nuestro consumo, sino que nuestros patrones de vida. La mayor parte de la información que consumimos deja una huella rastreable debido al medio donde se consume y más allá, gracias a los API; ya esto es una realidad inexcapable. Es importante que quede claro que mi intención no es demonizar estas tecnologías o su actual desarrollo, sino problematizar y contextualizar el asunto. Estos mismos avances nos permiten también lograr -para aquellos que tienen acceso- conexiones a comunidades, acceso a información y posibilidades de movilización como nunca antes vistos. Somos una generación físicamente e ideológicamente apartada, pero que le urge conectarse con inmediatez y la tecnología nos ha servido como remedio en esta realidad.

Por una parte, la cultura -transformada por no sé quién- nos convence a aspirar a alcanzar el mejor y más efectivo estado de subsistencia, bienestar y plenitud. Pero por otra parte, también las condiciones para lograrlo son más retantes o restrictivas para unos, que para otros y las tecnologías contemporáneas, para mi, son una especie de canario en la mina. Alcanzar un nuevo estado de bio-política, (formas de gobernar los cuerpos y mentes) es el proyecto que subyace dentro de estos nuevos esfuerzos de auto-bio-monitoreo. Medir las condiciones del cuerpo ideal, el humano ideal, aquel que no es problemático para los aparatos de gobierno o el orden establecido; que transita por el mundo como un buen consumidor. Es delegar una conexión de self awareness que cada persona debe tener con su cuerpo a unos aparato cuyas medidas y estándares han sido programadas por -dare I say it- una persona que vive en privilegio. Si no vives en privilegio, es difícil entender los beneficios de dichos aparatos.

El artículo de Lupton(2014) logra capturar las incongruencias que hay dentro de estos modelos. Le entregamos toda esta información, de nuestras vidas -gratuita y sin cuestionamiento-, a empresas que lo único que buscan es cómo hacer profit, hasta el punto que no entendemos si nosotros gobernamos al aparato o si el aparato nos gobierna a nosotros. El valor de los datos en nuestros tiempos ha aumentado tanto que las empresas hacen lo que sea necesario por llegar a el, al buscar formas convenientes y conspicuas para cuantificar nuestras -cortas- vidas en este mundo, cuando la historia nos ha enseñado que dichos esfuerzos siempre están sesgados. Lo irónico es que, las mismas tecnologías que nos ayudan a unirnos, también nos crean una profunda sensación de desapego y distanciamiento.  Lupton(2014) lo muestra cuando cita a Williams:

«I do not enjoy contemplating my self as blood and sinews and electrical signals … I might have preferred to accomplish my self transformation within broader measures, and I still long for that; to comprehend my body in longer and longer scales: seasons instead of hours, some other, coarser, property than calories. We (the Apps and I) had co-constructed a digital model of my self, and here I was, managing myself, it seems, by proxy. The feedback from that digital model often took precedence over how I physically felt. When I didn’t eat ‘enough’ protein I felt weaker, and when I had too much sugar I felt fatter. These were delayed reactions; a re-reading of my body from the model. I’ve yet to decide: is this model pushing me closer in contact or further away from my self and my world?»

    Si lo piensas bien, como se plantea en la película de Luc Besson, Lucy (2014), es tan poco el tiempo que pasamos en este mundo, que hay reflexionar seriamente las motivaciones detrás de las cosas que nos consumen el mayor tiempo en nuestras vidas.  ¿Qué nos queda entonces? Dime tu, porque aun no he encontrado las respuestas. Quizás es un cambio de paradigma y estoy sufriendo una crisis de identidad. Como te mencioné, aun tengo sentimientos encontrados sobre el asunto. ¿Usas alguna de estas tecnologías de monitoreo? ¿Estás consciente de ello? ¿Te hacen mejor o te encadenan? ¿Cómo te hace sentir el asunto?

El aire acondicionado versus la unidad de aire acondicionado: una reflexión

El culto de los sentidos ha sido censurado con mucha justicia porque al ser humano su naturaleza le hace sentir un terror instintivo ante pasiones y sensaciones que le parecen más fuertes que él y que es consciente de compartir con formas inferiores del mundo orgánico.

-Oscar Wilde,  El retrato de Dorian Gray

  El aire acondicionado y la unidad de aire acondicionado; el primero lo provee la naturaleza, el segundo creado por las manos e ingenio humano. Una importante distinción para comprender el nivel de impacto que tienen las tecnologías sobre la vida y el consciente humano.  El ingenio humano no sólo tiene la capacidad de crear artefactos para modificar su naturaleza, sino que también tiene la capacidad de reasignar simbólicamente todo su mundo. Su capacidad sólo es limitada por las leyes naturales –al menos las que conocemos hasta el momento–. Con la aclaración que no soy un lingüista, ni nada que se parezca, me quiero detener un momento a analizar las siguientes unidades simbólicas y sus manifestaciones concretas: (1) la unidad de aire acondicionado y (2) el aire acondicionado. La primera tiene dos conjuntos principales: «la unidad» y «de aire acondicionado», explicitando que existe una unidad o aparato que sirve para condicionar la temperatura del aire. Las implicaciones indirectas son que existen unos elementos naturales que se encargan de condicionar el aire y que dicho aparato logra controlar dichas condiciones mecánicamente.  La segunda entonces, se refiere únicamente al elemento -aire-  y a aquellas condiciones naturales que permiten modificar su temperatura. Lo que quiero explicitar tal vez sea obvio pero tengo mi propósito; existen unas condiciones naturales –no mediadas por aparatos– que condicionan la temperatura del aire.  La unidad de aire acondicionado fue creada, mientras que el aire acondicionado es una condición preexistente. ¿Cómo podemos entonces interpretar el hecho de que en la cotidianidad de la vida entendemos que la única manera de obtener el aire acondicionado es teniendo la unidad? Llegamos a nuestras casas y encendemos la unidad de aire –para aquellos que la puedan costear–, nos montamos en el carro y encendemos el «aire acondicionado» de inmediato. El otro día iba guiando y bajé las ventanas de mi auto y el aire afuera era fresco, frío y rico. Nada artificial, todo real; no necesitaba la unidad de aire acondicionado. Fue ahí que comencé a cuestionar todo este asunto que estás leyendo hoy. En la cotidianidad echamos a un lado que el aire –en su condición preexistente– produce ciertas condiciones que modifican su temperatura: hora del día, temporada, condiciones atmosféricas etc. Nos posicionamos como dioses en nuestro propio mundo cuando decimos sólo aire acondicionado al referirnos a la unidad de aire acondicionado. Pasamos por alto completamente los proceso preexistentes e inferimos dominio y control. Ése, entiendo yo, que es uno de los efectos de las herramientas, las tecnologías que ayudan a modificar nuestro entorno. Es cierto que podemos comenzar a hablar de calentamiento global como una de las condiciones humanas no existentes que condicionan la temperatura del aire. Eso es cierto y esta reflexión puede ser un pie forzado para discutir dicho asunto, pero la intención de esta reflexión es problematizar el hecho que a nivel psicológico eliminemos la palabra «unidad» al hablar del aparato que condiciona el aire y digamos sólo «aire acondicionado». La naturaleza condiciona el aire y debemos entrar en un contacto más personal con esa realidad. No sólo la unidad de aire acondicionado, pero las tecnologías pueden alejarnos de la naturaleza y su realidad  y más aun nos pueden seducir a olvidar por completo su inherencia e impacto en nuestra calidad de vida. Es vital utilizarlas conscientemente y problematizar su uso en nuestra vida.

Disfrutando de la Hostia Blasfema

Cuatro Palabras o la hostia blasfema del espectáculo de vida

Este artículo es parte de una secuencia de escritos que ando realizando sobre la obra de nemesio canales, paliques. Revisa lo que escribí anteriormente donde explico mis motivos para comenzar esta jornada.

Nemesio presenta su obra con una suspicacia como ninguna otra que he leído antes, rompiendo con la publicación de » obras de erudición o de imaginación» en verso. Aunque admite que estrena un «género de humorismo filosófico» en puerto rico lo hace con el atrevido humor de saber que «puede uno ser un asno y entrar el primero en cualquier sitio».  También tiene la valentía de confesar que lo que decide publicar es una colección asincrónica de artículos cuyas «ideas y sentimientos que inspiraron algunos de esos trabajos ya no son [sus] ideas y sentimientos de hoy». De entrada nemesio se presenta como un autor honesto, que reconoce la transformación del ser humano y la capacidad que tiene la letra para seguir estas transformaciones reconocidas de ante mano.

Mas aun es inevitable no identificarse con canales cuando manifiesta que al escribir se ha enfocado en el fondo y no en la forma, «preocupándome mucho de lo que tenía que decir y muy poco, casi nada, de  cómo lo tenía que decir.» Presenta sus observaciones como artículos etnográficos que se ocupan de descomponer el «espectáculo de la vida» con su particular perspectiva. Mas allá comenta que le pone el precio de un dolar a su obra con la excusa de cumplir con la idea común que comprar un libro de un autor es hacerle una limosna y aclarando su posición de las limosnas que «mientras las baratas denigran, las caras dan hasta cierto realce al que la recibe.»

Despide entonces esta introducción, «adiós, que para prólogo de un libro condenado a ver la luz en Burrolandia, sobra la mitad de lo dicho.»

El prólogo alcanza presentar entonces a un autor cuyas pretensiones de su obra son muy pocas de manera tal que el lector se logra identificar con sus escritos de inmediato. Humilde y humorista. Mi primer acercamiento a nemesio es  súper acertado debido a que en todo momento que decido escribir algo pienso exactamente lo mismo: este conjunto de letras pertenece a Burrolandia y no debe tocar retina ocular alguna. Mas sin embargo, al igual que él me inspira inmensamente irrumpir con los textos eruditos y rebuscados de palabras de domingo tal Disfrutando de la Hostia Blasfemacual si escribir fuese ir a la misa y el deber del escritor es presentar sus letras como hostia sagrada a sus lectores. Lo dudo. La hostia sagrada solo alimenta el alma de unos pocos pero deja sed y deseo de sabor en la mayoría de la comuna que de el/ella consume. [Aprovecho para confesarles que la hostia con crema de avellana sabe deliciosa, deben probarla]  Lo que decido escribir se aleja de una hostia sagrada y se alinea más con pura blasfemia. Blasfemia en fondo y forma consagrada en las banalidades de la experiencia humana y ese «espectáculo de la vida».

Foto del libro Paliques

Génesis del Palique

Hace un tiempo atrás, exactamente para el cumpleaños número 24 de mi amiga/colega/cómplice, encontré un libro marchito y viejo en una tienda de antigüedades de un reconocido autor puertorriqueño: nemesio r. canales. Lo único que se me ocurrió fue obsequiarle esta edición a mi amiga para que en sus páginas encontrara el misterio que envolvía aquella gastada y amarillenta portada. Al igual que much@s, lo único que conocía de nemesio era su nombre  y mucho menos sabía sobre el libro que ese día compraba. Sin embargo, el título me llamaba la atención inmensamente: paliques.

¿Qué significa palique?

En seguida comencé a buscar. La real academia lo presenta como la palabra que describe (1)un artículo breve con tono humorístico o (2) una conversación de poca importancia. Que palabra tan inmensamente interesante y a la vez tiene cierto ritmo y comicidad al pronunciarla. Sus características onomatopéyicas me cautivaron y su definición estándar me indicó que era el momento apropiado para apropiarme de dicha palabra. Por esas razones (y solo esas) decido entonces nombrar este blog paliqueo.

Le regalé el libro a mi amiga/colega/cómplice y no me interesé en buscar información sobre el autor, ni si quiera en buscar su libro o leer algunas partes antes de entregárselo. Transcurrió como si lo único que me trajo nemesio fue esa palabra: palique. Aun preguntandole a mi amiga/colega/cómplice que tal estaba el libro lo único que me decía es que debido al delicado estado de la copia no se atrevía sacarlo del empaque a leerlo. [Nota al autor: no volver a regalarle artículos antiguos a mi amiga/colega/cómplice.] Foto del libro Paliques

Sin embargo, una serie de eventos me lleva a descubrir una librería de textos usados la cual comienzo a frecuentar. Cada visita es una expedición de tesoros, tanto así que logré encontrar un día una primera edición de la novela Yuyo por miguel meléndez muñoz. Supongo entonces que ya van entendiendo a donde llevo mi relato. Recientemente encontré una copia de paliques y por supuesto la compré de inmediato. De entrada, esta copia llevaba el nombre de gianmi ramos, indicando así que perteneció a alguien alguna vez. Incluso hasta una calcomanía rasgada de un buho con el remanente de una información de contacto aun quedaba en esta copia poco usada.  Espero que puedan entender la inmensa alegría que siento cuando encuentro un libro que cuenta una historia mucho antes de leer una letra, y este contaba una historia por partido doble. Al punto que podría decir que el mismo Hedwig (buho de harry potter) es responsable de haber dejado esta copia allí.

Comencé a leerlo. Pequeños artículos cortos, con cierto humor y quizás de conversaciones de poca importancia. Era exactamente lo que proponía el título. Mas sin embargo, cada palabra solo hacía más sentido. Me devoré los primeros 10 paliques en un instante.

Cada palique era como si me sentara con un buen amigo a tomar el café y hablar de las sandeces de la vida, una conversación cualquiera, de las cotidianidades. Mas aun, al igual que con mis amigos/colegas/cómplices siempre logramos ver como nuestras experiencias mundanas tienen resonancia a esa singular experiencia que nos toca vivir a cada humano. Parecía que con cada párrafo nemesio desdoblaba el tiempo y se convertía en mi gran amigo.

Al terminar el palique 10, ya había tomado una decisión. Le estaré dedicando una entrada a cada palique que nemesio escribe en su libro paliques. Es decir, es tanto el agrado de lo que escribe que estaré haciendo paliques, de sus paliques.  No solo creo que es lo que responsablemente puedo hacer después de haber utilizado el título de su libro para nombrar mi blog, sino que también, quiero conocer a nemesio mejor. Quiero conversar con él, ver en que cosas estamos de acuerdo y en cuales no. Tomar el té mientras leo y escribo lo que pienso sobre lo que él escribió y en ese proceso compartir con tod@s ustedes mis conversaciones breves con nemesio canales.

Les doy la bienvenida a esta nueva aventura, espero que me acompañen y disfruten conmigo tanto como yo ya estoy disfrutando estas conversaciones breves con el sr. canales.